Campaña electoral; leña al rival que todo da igual.

Una campaña electoral en España es todo lo contrario a lo que debe de ser una sucesión de actos públicos, en los que se presentan candidatos capaces, honestos y buenos oradores.

La inmensa mayoría de los convocados por PPSOE están a la altura de los espectáculos circenses del franquismo, con un público entregado a la pantomima, la ilusión por seguir oyendo mentiras y el sueño de lo que se sabe imposible. Y un presentador inenarrable.

ODIA EL BIPARTIDISMO Y COMPADECE AL CAPULLO

Teniendo como ejemplo el aberrante populismo del monarca, que cada vez que abre las fauces es para soltar una memez tras otra, con el peor estilo de los charlatanes de feria, los Zapateros y Rajoys de esta patria de Tortura y Pandereta, prometen entre soflamas tribales aquello que harán y que jamás llevarán a cabo.

Saben que serán aplaudidos, cuando hace dos días eran señalados en las encuestas y en las calles, como culpables de la crisis económica, laboral y social del país. Para eso están las autoridades locales: para llevar a los incautos a los escenarios donde se desarrolla la comedia. Bocadillo y cerveza para todos.

Claro que hay excepciones. Todos las sabemos. Ahí es donde duele. Si yo fuera un ciudadano que presumiera de fe en la democracia, iría a votar; como hice desde que deposité en la urna mi primer NO a la ley ilícita que consagraba al Borbón como sucesor del dictador.

Una campaña electoral en el yermo del bipartidismo no es tal, sino una estúpida pero eficaz puesta en escena de una presunta rivalidad, donde el altruismo y la honradez, la oratoria y la sinceridad son los ausentes más notables. Es así, y lo saben millones de ciudadanos/as.

Ni el PP, ni el PSOE, hermanos siameses en asuntos de corrupción, nepotismo y delitos de alto copete, pueden ofrecer algo excepto la miseria que han ido sembrando durante sus muchos años de poder alternativo.

Nuestra sociedad está perdida si se obliga a sí misma a elegir entre los franquistas más repelentes o los derechistas del puño y la rosa (de la puñeta y las espinas); entre salado o soso, playa o montaña, Beatles o  Rolling, carne o pescado, vino o agua, ateísmo o catolicismo, Mourinho o Guardiola. Coño, ya está bien.

Mi campaña es más amplia y variopinta. Vota, si crees que con ello arreglamos este desaguisado, pero sobre todo a la izquierda, para romper el bipartidismo, la bicefalia para tontos que nos han impuesto por decreto de los medios de comunicación y de la ley D’ Hont, truco electoral en forma de precepto, que compartimos con naciones tan avanzadas como Israel, Montenegro, Tailandia, Eslovenia, Turquía, Hungría, Polonia o Serbia.

Hay momentos en los que echo de menos no haber nacido en Gibraltar.

http://tenacarlos.wordpress.com/2011/05/06/campana-electoral-lena-al-rival-que-todo-da-igual/