Denuncia de la ONU. Australia opta por el racismo y el castigo a los aborígenes.

NAVI PILLAY DENUNCIA EL RACISMO Y LA VIOLENCIA EN AUSTRALIA

La Comisión encargada de la vigilancia sobre el cumplimiento de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, ha condenado las duras políticas de Australia contra los refugiados y el humillante tratamiento de los aborígenes del país, asegurando que se estaba produciendo un peligroso aumento de las políticas racistas.

El gobierno encierra a los asilados en campos donde escasea el agua y los alimentos, lo que constituye una clara violación por parte de aquella nación de la carta de la ONU en materia de derechos, declaró Navi Pillay, alta funcionario del departamento.

“Acabo de regresar de Sudáfrica, donde aún existe un intolerable racismo, y me encuentro con el Australia está cometiendo las misma arbitrariedades. Es muy grave que en un país civilizado se den estos signos de discriminación racial“, dijo Pillay (que en su juventud fue activista anti-apartheid y Juez de la Corte Penal Internacional), en una rueda de prensa celebrada en Sidney, tras una visita de seis días al continente australiano.

“He comprobado que existe un racismo discriminatorio, un tratamiento inhumano de las personas, basado en sus diferencias étnicas o religiosas“, denunció.

UN GENOCIDIO SIMULADO

 Pillay sostuvo conversaciones con la primera ministra Julia Gillard, a la que expresó su profunda preocupación ante el último plan del gobierno laborista, que prepara el envío a Malasia de casi mil refugiados, evitando así que lleguen a Australia más inmigrantes que buscan asilo político.

El gobierno de Gillard asegura que ha estado luchando para controlar el flujo de inmigrantes ilegales, para lo que había llegado a un acuerdo con Kuala Lumpur de cara a que su número disminuyera, a lo que la Alta Comisonada contestó alegando que Malasia no es signatario de la Convención de Refugiados de las Naciones Unidas .

A pesar de las críticas, la mandataria australiana rechazó las palabras de la funcionaria, alegando que la ciudadanía que la ha votado, y la oposición conservadora, muestran que hay consenso en la aprobación de estas medidas de control. Respecto al tratamiento vejatorio hacia los aborígenes, Gillard argumentó que en los últimos años había aumentado el consumo de alcohol y el abuso sexual infantil en las zonas remotas interior.

Por el contrario, Navi Pillay aseguró que “En mis conversaciones con los aborígenes, pude sentir el profundo sufrimiento y dolor que han padecido a causa de las políticas gubernamentales que se les impone”, dijo.

En Australia existen 460.000 aborígenes, que constituyen alrededor del 2 por ciento de la población. Desde hace décadas sufren las mayores tasas de desempleo, tienen menor esperanza de vida (17 años menos que la media nacional), por lo que en sus comunidades ha aumentado el abuso de sustancias y la violencia doméstica, más que en el resto de los colectivos que emigraron a aquel inmenso territorio, latinoamericanos y europeos básicamente.

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