Queridos paisanos, se acercan las fiestas de nuestro queridísimo cristo. Espero que disfrutéis de éste día tan merecido de alabanzas a nuestro señor acompañados de multitud de vinos, cervezas y demás que espero que no dejéis tirados por la Plaza del pueblo y recojáis en las barras, papeleras o contenedores. Debido a las altas temperaturas predichas ,espero también que hidratéis a vuestros queridos hijos en abundancia y evitéis que orinen en las puertas de las viviendas aledañas a la fiesta. Así mismo espero que no deis trabajo a los operarios del Ayuntamiento en montar escenarios, recogida de basuras y tal y tal y así no les cueste ni un duro a las arcas municipales. Es de esperar que en nuestras queridas procesiones no se corten calles al tráfico con los trastornos que eso conlleva para los vecinos de las mismas, aparcamientos, accesibilidad, etc. También espero que tengáis la música muy bajita en reverencia a nuestro cristo para que los sufridos vecinos de la Plaza puedan conciliar el sueño tranquilamente sin tener que escuchar los altavoces hasta bien entrada la noche. Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo, le pido a nuestro señor que interceda por nosotros para que a ningún desalmado se le ocurra sugerir que se traslade la barra, altavoces, escenario etc al pantano, pues es poner en peligro la vida de los vecinos por obligarles a coger el coche sabiendo que alguna copa que otra de más llevaremos, de la sangre de cristo, claro.
Espero disfruten de SU cristo, pues yo dedicaré el día y me tomaré una copa a la salud del gran poeta y camarada Mario Benedetti en su 91 cumpleaños pues aún sigue vivo en sus poemas. Él decía que “'La única religión válida para mí es la conciencia; y la poesía tiene mucha vinculación con la conciencia” por eso yo me considero muy religioso en ese sentido.
Les dejo con una de sus obras al respecto:
Mario Benedetti
Si Dios fuera una mujer
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Este cristo no os gusta tanto