Un año más, celebramos la Fiesta por la Revolución. En este año que ha pasado, han sucedido muchas cosas, el imperialismo yanki junto a sus esbirros europeos, han atacado a Libia, provocando un gran número de muertos. Volvemos otra vez a las mentiras de las armas de destrucción masiva. Volvemos a la sangre por petróleo, el imperio lleva a la humanidad hacia el desastre.
Pero lo fundamental que ha pasado es que la crisis económica se ha agravado, está adquiriendo proporciones catastróficas, muy catastróficas para nosotros los trabajadores y las clases populares.
Los ataques lanzados contra nosotros por el capitalismo se suceden unos tras otros, los derechos conquistados durante décadas de lucha se borran de un plumazo, con el beneplácito de las antiguas organizaciones obreras, de los partidos de izquierda, de los sindicatos vendidos al poder.
Pero en este año que ha pasado, no todo es malo, el horizonte se va despejando, los caminos se van desbrozando y todo se ve más claro.
Las propuestas de los partidos que representan a las élites gobernantes, son cada vez más duras. La máscara se les empieza a caer y cada día se ve con mas claridad su servil aptitud hacia sus amos, los banqueros, los patrones, los especuladores...
En este año, en nuestro pueblo, las condiciones de vida de los trabajadores también han empeorado, el paro se ha hecho masivo, ha llegado para instalarse definitivamente en nuestras vidas. Las respuestas dadas por los distintos entes políticos y sociales son muy tibias, los partidos políticos dominantes de nuestro pueblo no entran al trapo, existe un mutuo acuerdo para ignorar la realidad, nuestra realidad: suben los precios, los impuestos mientras aumenta la pobreza, y aumenta el impago de los recibos del agua, de la luz, de los sellos del campo. Aumenta el número los desahucios de los bancos, tirando a la calle a familias enteras y la falta de perspectivas, de esperanzas en todos los ámbitos.
Los campesinos se lamentan del estado de indefensión al que han llegado. Los productos de la huerta no valen nada, tampoco la viña, ni las flores, despiden a los trabajadores de las fábricas de un día para otro, como el caso de Visteon. A otros no les pagan a fin de mes, la precariedad, los contratos de 4 horas, trabajado 8 o 10, aumentan de forma dramática. Como los cada vez más bajos salarios.
Nos preguntamos qué es lo que va a pasar, qué futuro nos aguarda, que planes tienen los que gobiernan, esos que en la ultima campaña electoral nos han bombardeado con toda clase de promesas, esos que embargan las cuentas corrientes de las trabajadoras, sin ninguna piedad, por no poder pagar los impuestos, coman o no coman esas familias...
Hay que pagar para mantener los altos sueldos que cobran cada mes. Son esos mismos los que tienen en sus manos nuestros destinos, son los que han desmantelado nuestro tejido productivo, son los que nos entregan al fuego desatado por las multinacionales y los banqueros.
Esos partidos, esos entes sociales, que dicen representarnos, pero que no lo hacen de verdad, por qué no salen a la calle a manifestarse, por qué no trabajan en las instituciones del poder para mejorar nuestras vidas, la respuesta nos parece que es muy clara: no les importamos en absoluto.
Hoy somos nosotros los trabajadores los que miramos directamente a las fauces de la bestia, de esa bestia que se llama capitalismo. Y hoy también somos nosotros, los que tenemos que combatirla, somos nosotros los que tenemos que tomar nuestro futuro, nuestro destino en nuestras manos. Nosotros las y los trabajadores, junto al campesinado, junto al pequeño comerciante, junto al estudiante, junto a todo aquel que quiera derribar estos muros que nos aprisionan.
Somos nosotros los que vamos a construir un mundo nuevo, donde no exista el miedo al mañana, somos nosotros los que tenemos que instaurar el socialismo como sistema económico, para distribuir equitativamente la riqueza, para ser protagonistas de nuestra vida y nuestra historia, somos los que vamos a construir un mundo de iguales.
Somos el pueblo y nunca nos rendimos.
¡UNIDOS, ORGANIZADOS, LUCHANDO, CONQUISTAREMOS NUESTROS DERECHOS, NUESTRA VIDAS!
¡POR EL REPARTO DEL TRABAJO Y LA RIQUEZA!
¡POR LA REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL Y LA EDAD DE JUBILACIÓN.!
¡POR LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Y DE TODAS LAS EMPRESAS Y SERVICIOS ESTRATÉGICOS!.
¡REBÉLATE!
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