elespejo1.0: Rumanía
Como Blogger/Google ya me la han jugado en varias ocasiones también me podrán encontrar en http://elespejo1punto0.wordpress.com/

Acampada Puerta del Sol Directo/ Camping Puerta del Sol Live
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Aquí, puedes acceder al Periódico del movimiento 15-M en Sol http://madrid.tomalaplaza.net/files/2011/06/15m-news.pdfI ncluye las propuestas de las distintas acampadas, movilización contra los desahucios, etc
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martes, 26 de julio de 2011

Lenin en los billetes de 100 Lei.













En el año 2005 el Banco Nacional de Rumania acometió una reforma monetaria cuyo elemento más característico fue la eliminación, de un día para otro, de cuatro ceros en los billetes y monedas de la divisa nacional, el Leu. Tras la inflación descontrolada de los años 90, la cantidad representada en los billetes rumanos se había disparado, alcanzándose la absurda cifra de un millón de lei en 2003 para billetes que, al cambio actual, contenían un valor de unos 25 euros. De este modo, por ejemplo, los billetes de 5.000 lei pasaban a ser monedas de 50 bani y los de 10.000 lei pasaban a ser billetes de 1 leu. Tras un tiempo de convivencia de ambas tipologías monetarias, en enero de 2007 fueron eliminados totalmente los viejos billetes, lo cual no evitó que los rumanos siguieran pensando en viejos lei, al igual que muchos españoles siguen calculando los precios en pesetas. Los nuevos lei tenían un diseño más moderno y cercano al Euro, y en todos ellos se representaban a algunos de los grandes nombres de las artes y las ciencias del país correspondientes al siglo XIX o a la época de entreguerras. En el billete de un leu, por ejemplo, aparece el historiador y filósofo Nicolae Iorga, mientras que en el de cinco lei se encuentra el compositor George Enescu. El pintor Nicolae Grigorescu decora el billete de diez lei y Aurel Vlaicu, aviador e inventor, hace lo propio en el de cincuenta, mientras que los de 200 y 500 lei quedan reservados, respectivamente, al dramaturgo Lucian Blaga y al gran poeta nacional Mihai Eminescu. El de 100 lei, por su parte, está dedicado al dramaturgo e intelectual Ion Luca Caragiale, y el Banco Nacional Rumano decidió ilustrar su reverso con una imagen de la estatua dedicada a Caragiale ubicada actualmente ante el Teatro Nacional de Bucarest. Lo que no sabían los funcionarios del banco central, ni la mayoría de rumanos, es que el cuerpo de esa estatua no se corresponde con el del genial dramaturgo muntenio, padre del teatro del absurdo en Rumania. En realidad, pese a que el rostro de la estatua es indudablemente el de Caragiale, su cuerpo había formado parte en su día de una obra escultórica dedicada a Lenin. Como consecuencia, el creador de la Unión Soviética, o al menos una parte de él, ilustra el reverso del billete de 100 lei de la actual Rumania capitalista.







Mugur Isărescu, eterno gobernador del Banco Nacional de Rumania y responsable último del retorno del "leninismo" a las divisas rumanas.







En el año 1957, las autoridades de la República Popular Rumana decidieron convocar un concurso para la elección de una estatua de Lenin que debía ubicarse en la explanada de entrada a la Casa Scânteii, el imponente edificio de estilo realista soviético que sería la sede del órgano del Comité Central del Partido y cuya construcción estaba terminándose por entonces. Casa Scânteii, que será objeto de otra entrada más adelante, devendría el edificio más alto de Bucarest hasta el año 2007 y un auténtico símbolo de los primeros veinte años de socialismo en Rumania. El renombrado escultor Constantin Baraschi, responsable de obras importantes como el Callejón de las Cariátides en el bucarestino Parque Herăstrău o el monumento de homenaje al soldado soviético liberador en Piaţa Victoriei, presentó una propuesta que no gustó en absoluto a las autoridades comunistas. La estatua de Baraschi presentaba a un Lenin en pose desenfadada, con la mano izquierda en el bolsillo y la derecha agarrándose la solapa de la chaqueta, una composición muy alejada de los cánones habituales en el campo socialista en los años 50. Su sugerencia fue desestimada y en su lugar fue elegida una obra más ortodoxa realizada por el escultor Boris Caragea, que no fue inaugurada hasta 1960 debido a los problemas técnicos que afectaron la realización de la que iba a ser obra magna arquitectónica de la República Popular. 









El Lenin de Boris Caragea presidiendo la entrada de Casa Scânteii en una foto correspondiente a 1987.










Como explica José Luis Forneo en su estupendo blog, Baraschi se llevó su Lenin bohemio y lo instaló en el jardín de su casa hasta que un tiempo después decidió cortarle la cabeza y sustituirla por la del dramaturgo Ion Luca Caragiale para un nuevo concurso público. Caragiale, ácidamente crítico con el sistema político y social de su época, a caballo entre el siglo XIX y el XX, era uno de los pocos intelectuales burgueses cuya obra era apreciada por las autoridades del Partido Obrero Rumano. De todos modos, tampoco esta vez esas mismas autoridades consideraron que la renovada obra de Baraschi era digna de ser ubicada en un espacio público y la estatua permaneció abandonada en un almacén al aire libre hasta que fue descubierta por el escritor Marin Preda, uno de los grandes talentos literarios de la época ceauşista -y que acabó muerto en 1980 en circunstancias harto oscuras. Preda, por entonces director de la editorial Cartea Românească y admirador de la obra de Caragiale, decidió llevarse la estatua al patio del edificio en que estaba ubicada dicha editorial. Allí permaneció durante más de veinte años, hasta que, tras los acontecimientos de diciembre de 1989 la estatua de Lenin-Caragiale fue redescubierta e instalada definitivamente en el centro de la ciudad, ante la casa en la que el dramaturgo había vivido antes de su exilio voluntario en Alemania, en la calle Maria Rosetti. Habían pasado veinticinco años desde la muerte de Baraschi. Significativamente, mientras su estatua era instalada finalmente en un lugar público, el enorme Lenin de Boris Caragea de Casa Scânteii era bajado de su pedestal y abandonado en un almacén. En el año 2002, en el marco del 150º aniversario del nacimiento del dramaturgo, la estatua de Baraschi fue de nuevo movida, esta vez a su ubicación actual ante el Teatro Nacional de Bucarest. Tres años después, los diseñadores contratados por el Banco Nacional de Rumania, decidieron incorporar la imagen de la estatua de Baraschi en uno de los nuevos billetes creados tras la reforma monetaria. Con ello hicieron posible lo imposible: que Lenin se colara de refilón en los billetes de un país de Europa Oriental casi dos décadas después de la caída del socialismo.


lunes, 16 de mayo de 2011

90 años del Partido Comunista Rumano.




Extraído de Un Vallekano en Rumanía
(
http://imbratisare.blogspot.com)

Entre el 30 de enero y el 3 de febrero de 1921, tras el regreso de la delegación enviada por el Partido Social Demócrata de Rumania a Moscú, tras la creación de la III Internacional Socialista, a la que solicitaron adherirse, se llevan a cabo las reuniones donde se discute la adhesion o no a esta.

El triunfo de la Revolución Bolchevique de 1917 había dado esperanza a los trabajadores de todo el mundo y el movimiento socialista vive momentos de agitación y gran desarrollo. Rumania no se queda atrás.

Tras la negativa de una parte de los socialdemócratas rumanos a formar parte de la Internacional, se decide la ruptura y la convocatoria del I Congreso del que se llamara Partido Comunista Rumano, que tiene lugar clandestinamente el domingo 8 de mayo de 1921 (hace 90 años), en Bucarest. Participaron 77 delegados de todo el país (ya formado, desde principios de 1919, por los tres territorios históricamente independientes que forman hoy Rumania (Transilvania, Moldova y Valaquia).

Poco antes, como se ha dicho mas arriba, en el Consejo General del Partido Social Demócrata se había producido la ruptura, debido a que gran parte de los reformistas de este partido se habían negado a afiliarse a la Internacional. Así, en el Congreso del 8 de mayo de 1921 se constituye el Partido Comunista Rumano. Inmediatamente después de la escisión el PCR se afilió a la III Internacional, tras votarse por unanimidad la adhesión. Entre los asistentes al Congreso de fundación estuvieron Ana Pauker, Gheorge Critescu, Elek Klobos, Dumitru Grofu, Constantin Gheorghian, Th. Iordachescu, Dumitru Stoiculescu, Stefan Benedec, Gheorghe Stoica, Petru Groza o Gheorghiu-Dej, Boris Stefanov y tantos otros.

Las autoridades no veían con complacencia que los obreros que les daban de comer y mantenían la vida parásita de la oligarquía se organizaran para cambiar las cosas, así que el 12 de mayo, cuatro días despues del inicio del Congreso, la policía irrumpe en el Club Socialista, en la calle Sf. Ionica, 12, donde tenía lugar la reunion. Todos los asistentes son arrestados porque el orden del día incluye la discusión de la adhesion a la III Internacional (considerada por las clases dominantes un peligro para sus privilegios, con la escusa de injerencia exterior). Esa prohibición fue lo que llevó al PSDR a rechazar la discusión de la afiliación, lo que provocó la ruptura y la creación del PCR.

Los 51 delegados (de 77) que habían votado la afiliación sin reservas a la III Internacional son encerrados en las prisiones de Jilava y Vacaresti. Durante el año 1921 las autoridades planean escarmentar a los comunistas para acabar con lo que consideran una amenaza (para la oligarquía lo era).

Aunque no lo consiguió, y los comunistas estuvieron un tiempo sin tener que esconderse en la clandestinidad, en 1924 el PCR fue prohibido por el gobierno liberal, acusándole de antipatriota, por actuar a las ordenes de Moscú. El motivo que hizo estallar la mecha y la represión fue la revuelta campesina de Tatar-Bunar, en la actual Ucrania, entonces adherida a Rumania tras la intervención del ejercito rumano en la Guerra Civil Rusa contrarrevolucionaria. En Tatar-Bunar empezó el 15 septiembre de 1924, una revuelta armada contra las autoridades rumanas, bajo la dirección del Partido Comunista de Basarabia, a cuyo frente estaba Andrei I. Kliușnikov (conocido como Nenin). El 16 de septiembre los rebeldes tomaron el poder y formaron un Comité Revolucionario que proclamó el poder soviético. A pesar de su derrota, la revuelta de los obreros y campesinos de Tatar-Bunar metió el miedo en el cuerpo en los aristoóratas y burgueses rumanos, que decidieron prohibir el Partido Comunista en todo Rumania.

Hasta agosto de 1944 permaneció prohibido, con bastante poca afiliación (normal en un partido perseguido por las fuerzas del orden). Las dificultades vividas por sus miembros en este periodo, muchos de ellos encarcelados o exiliados a Moscú, no impidio que tanto desde dentro como desde fuera del país, sus integrantes no cesaran en la lucha por transformar la Rumania de los boyardos en una nación transformadora y socialista.

En su historia sus secretarios generales fueron los siguientes: Gheorghe Cristescu (1921-1924); Elek Köblős (1924-1927); Vitali Holostenco (1927-1931); Alexander Stefanski (1931-1936); Boris Stefanov (1936-1940); Ştefan Foris (1940-1944); Gheorghe Gheorghiu-Dej (1945-1954); Gheorghe Apostol (1954-1955); Gheorghe Gheorghiu-Dej (1955-1965) y Nicolae Ceauşescu (1965-1989).

Desde 1944 bajo la dirección del Partido Comunista, que pasó a llamarse hasta los años 60 Partido de los Trabajadores, en coalición con otros partidos de la izquierda rumana, los trabajadores rumanos construyeron un país muy diferente, dejando atras la Rumania semifeudal dominada por el interés de boyardos y aristócratas, y logrando un pais rico, industrial, pujante , en el que se alcanzaron metas económicas y sociales inimaginables antes y que hoy, tras la vuelta atras desde la contrarrevolucion capitalista, son un lejano recuerdo para muchos de los rumanos obligados a huir del país para encontrar trabajo o de los que permanecen en su tierra sobreviviendo como pueden.

A mediados de 1989 Rumania logró liberarse de todas sus dependencias económicas frente a los organismos internacionales y políticas frente al cada vez más procapitalita Kremlin, transformarse en un país totalmente independiente, sin deudas y con un envidiable potencial económico. Por todo ello, como escarmiento ejemplar para todos los que quisieran imitarlo (vease hoy Libia) Ceausescu fue castigado y Rumania también, siendo destruida toda su potente industria y su rica agricultura para dejar el país convertido en un mercado fácil para las metropolis económicas.

Tras el golpe de estado de finales de 1989, en fin, el capitalismo fue reinstaurado y el poder retomado por la oligarquía económica y multinacional. 22 años después el "comunismo" continúa incluido en la Constitución Rumana como "un peligro" para la "estabilidad", y los partidos socialistas siguen encontrando múltiples obstaculos para su reconstitución, a la vez que son invisibilizados y anatemizados por el aparato de propaganda del capital (los grupos mediáticos). Todo ello a pesar de que las encuestas muestran como cada día con más fuerza una gran mayoría de los rumanos reconocen que en el Socialismo vivían mejor y que el Capitalismo sólo beneficia a unos pocos.

90 años después el recuerdo del PCR, a pesar de los muchos defectos que pudo tener, sigue vivo, especialmente para todos aquellos que sufren en primera persona los efectos de la instauración del capitalismo, sino, como dijo el Che Guevara, por todos aquellos que son hermanos en la indignación ante la injusticia. Así que, y como sabemos, por muchos esfuerzos que hagan los criminales, podrán matar al mensajero, pero nunca podrán acabar con la idea.



"EL SIGLO XXI SERÁ COMUNISTA O NO SERÁ"

ARTÍCULOS Y ENTREVITAS DEL DIRIGENTE COMUNISTA RUMANO VIRGIL ZGABANU

Virgil Zbaganu murió por intentar mantener vivo el Partido Comunista Rumano después de la contrarrevolución de diciembre de 1989. Ante el abandono general y los miles de oportunistas que se pasaron a los nuevos partidos representativos en el nuevo sistema de explotación capitalista, Zbaganu intentó mantener la lucha desde el partido comunista al que siempre había pertenecido, y en el que todavía creía.

Esto no significa que fuera admirador de Ceausescu, contra el que salió a la calle en los días previos a la navidad de 1989, sino que, en un acto de coherencia poco habitual en esos tiempos, no renunció a su ideología, y se mantuvo firme creyendo que los obreros rumanos necesitaban que su partido, el comunista, continuara existiendo para luchar contra el saqueo capitalista que en 1990, cuando se decide volver a constituir el PCR, ya habia empezado a desmantelar toda la estructura productiva, toda la riqueza, de Rumanía.

Su intento, que tuvo ciertas repercusiones mediáticas, y que provocó que algunos periódicos de tirada nacional le entrevistaran, a veces para ridiculizar sus esfuerzos, aglutinó a otros comunistas que no corrieron a ocupar posisiones en los partidos capitalistas, y creó suficiente temor en el gobierno como para que Virgil sufriera un lamentable accidente que acabaría con su vida.

Así en agosto de 1992 fue atropellado por un tren en unas circunstancias bastante sospechosas. El problema no era sólo que intentara mantener vivo al PCR, algo que los medios de comunicacion y su bombardeo propagandístico habrían podido mantener bajo control, como sucedió con otros partidos como el Partido de los Trabajadores, que al final terminó integrándose en el Partido Social Demócrata por causa, entre otras, de su invisibilizacion mediática. El problema mas grave, desde el punto de vista del Frente de Salvacion Nacional, el partido que se creó en la "Revolucion" y que se hizo cargo de las instituciones en diciembre de 1989 para aplicar los dictados del FMI y de los intereses de las potencias occidentales, era que Zbaganu y los suyos reivindicaban la existencia del Partido Comunista de Rumania, que nunca habia sido disuelto por sus miembros, y por lo tanto no deseaban crear un nuevo partido sino continuar con su historia, incluyendo archivos, sedes y todo tipo de bienes.

Sin embargo, el FSN se habia hecho con el control de todo el PCR, de toda su estructura, y muchas de las sedes, archivos, bibliotecas, vehículos, etc.. del partido comunista habian sido "apropiados" ilegalmente por los nuevos dirigentes. No se trataba sólo de un problema político para el gobierno, sino de una denuncia económica.

La muerte de Zbaganu acabó con todos los intentos de continuar la historia del PCR en Rumanía. Al contrario, cualquier intento de revitalizar el comunismo se cuidó mucho de señalar que eran un partido diferente, y los nuevos partidos comunistas que hoy intentan salir a flote se llaman o "Nuevo Partido Comunista de Rumania", o "Partido Comunista de Rumania (no pecerista)" -es decir, remarcando que no tienen nada que ver con el PCR histórico-. Tras la "muerte" de Virgil Zbaganu su hermano Gheorghitta (hoy miembro del NPCR) recopiló una serie de artículos y entrevistas a éste aparecidas en la prensa entre 1990 y 1992, que se publicó en la editorial Planeta, en Bucarest, en 1994, con el título "El siglo XXI será comunista o no ser", utilizando una expresión del propio Zbaganu.

El uruguayo Gabriel Artigue, por aquel entonces en Rumanía, tradujo el libro al castellano y colgó la traducción en internet, en Geocities. Desafortundamente, Geocities fue cerrada en el año 2009 y la traducción al español del libro de Zbaganu desapareció junto con el sitio web. Con la intención de volver a colgar la traducción para que estuviera disponible para los interesados en lengua española, a través de Gheorghitta Zbaganu pude contactar por correo electrónico con Gabriel Artigue, en Uruguay, y este me dió la dirección de Sergi Sanchiz i Torres, español que por aquel entonces estuvo viviendo en Bucarest, y que guardaba una copia digitalizada de la traducción del libro. A través de Sergi, que me envió amablemente una copia del texto de Gabriel Artigue, conseguí al fin el libro en español, que es el que hemos publicado en este blog. Personalmente no estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dice Virgil Zbaganu, que a veces renuncia demasiado fácilmente, y quizás intentando atraer a mas posibles electores, a los logros del PCR durante los años que este gobernó en Rumanía, y donde se implantó un sistema socialista que tuvo, ciertamente, algunos errores, pero que logró que el pueblo rumano disfrutara del bienestar social característico de un sistema que primaba los derechos colectivos frente a los priviliegios individuales, y de un nivel de vida que, salvo después de 1980 (cuando Ceausescu intento pagar a marchas forzadas la deuda económica en la que había entrampado a Rumania tras equivocarse abriéndose hacia Estados Unidos y la CEE y alejarse del COMECOM) no tenía nada que envidiar, sino mas bien al contrario, de los paises capitalistas. Sin embargo, el testimonio de Virgil Zbaganu es importante a la hora de entender, desde el punto de vista de un protagonista, que sucedió en la "Revolucion de diciembre de 1989" y en los momentos posteriores, de como todos los logros sociales del socialismo se destruyeron, y como el FMI y los oportunistas del PCR acabaron con todo el tejido productivo de Rumania para convertir al antes rico y poderoso país en una sumisa colonia de Estados Unidos.

La edición del libro corrió a cargo de Gheorghiţă Zbăganu
El prefacio es de Eugen Florescu
El epílogo de Silviu Şomîcu
La traducción: Jose Luis Forneo y Gabriel Artigue
Edicion del blog Un Vallekano en Rumanía (http://imbratisare.blogspot.com/): Jose Luis Forneo

Nota del traductor: "La presente es una traducción del rumano de una compilación de artículos escritos por Virgiliu Zbăganu en la prensa y entrevistas que le fueran hechas entre 1990 y 1992, compilación que se publicó con el nombre de El siglo XXI será comunista o no será, en la editorial Planeta, Bucarest, en el año 1994. La única diferencia respecto al original es que aquí se omite el último artículo de la compilación. En la edición rumana de 1994 se añade: “Este libro ha sido editado con el apoyo del señor Gh. Sârbu”". (N. del t.)

ACCESO A "EL SIGLO XXI SERÁ COMUNISTA O NO SERÁ":


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sábado, 9 de abril de 2011

Nicolae Ceauşescu: ¿un sucio tirano?.



Fueron y son numerosas las veces en las que sale el malvado y terrorífico ex-presidente de la Rumania Socialista, Nicolae Ceauşescu como uno de los mayores tiranos de finales del siglo pasado. La manipulación llega a todos los niveles. Veo hablar a compañeros míos, que no conocen la historia de Rumania, sobre lo malo que debió ser Ceauşescu, y si intento rebatirles algo, yo no tengo la razón porque soy un manipulado por mi padre, o porque el comunismo me ha lavado la cabeza y por eso estoy a favor de ese "tiránico dictador".Sencillamente, son dogmáticos.





Lo mismo ocurre con pequeños grupos de rumanos que habitan en este país, que hablan de muros de decenas de metros que impedían la salida del país. De cárceles al estilo orwelliano y del gran hermano. De vigilancias y represiones constantes pero... ¿Dónde están las pruebas? ¿Por qué será que esos rumanos que han emigrado y tan mal hablan del socialismo tienen "cierto" nivel aburguesado?

Mi padre en numerosas ocasiones me ha contado inmensas maravillas del periodo socialista rumano. Me ha traducido parte de la última constitución socialista, y de veras me quedé asombrado.

Tenía algunos aspectos que aquí parecen una viva utopía hoy en día:
- Educación gratuita a todos los niveles (y en la lengua materna, si eres de Hungría, en húngaro, si eres de Rusia, en ruso, había escuelas especializadas en esos idiomas que impartían las clases habituales pero en la lengua de los países que tenían frontera, o relaciones con Rumania.
- Derecho a una vivienda digna, algo que se cumplía a rajatabla (muy dificilmente ,por no decir imposible, veías a rumanos viviendo en las calles, a diferencia de ahora)
- Obligación y derecho al trabajo. ( el paro era simplemente una cosa propia de la ciencia ficción era algo imposible en la Rumania "de Ceauşescu", mi padre me cuenta un dicho que tienen ahora los mayores rumanos: "antes nos recogían de la calle y nos obligaban a trabajar, ahora nos recogen del trabajo y nos obligan a vivir en la calle")
Y muchísimas cosas más, que explican que la mayoría de rumanos sienta una enorme nostalgia hacia esta época. Así hay numerosos estudios que situan que entre el 52 y 60 % de la población añora el socialismo, y se trata de un porcentaje que sube cada vez más.

Deberíamos una vez más, dejar de guiarnos por lo que nos cuentan los mass-media y la propia burguesía y comenzar a escuchar a los pueblos. Y si algo está claro es que el pueblo rumano grita: ¡Traiasca Ceausescu! o almenos esa es mi opinión basada en lo que he estado viendo estos últimos años.
 

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sorpresón: los rumanos opinan ahora que el comunismo realmente existente era mejor que el capitalismo realmente existente.

[ Este artículo podrá comentarse en nuestra página en facebook: http://www.facebook.com/pages/SinPermiso/106764166044474 ]
James Cross · · · · · 31/10/10
De acuerdo con encuesta de opinión recientemente efectuada en Rumanía, la mayor parte de la población afirma que la vida era mejor con el partido comunista en el poder que en la actualidad bajo el capitalismo. El grueso de los encuestados daba una visión positiva del comunismo, y más del 60% lo consideraba una "buena idea" en principio. Los encuestadores observaron un incremento significativo de la afinidad con el ideario comunista en comparación con una encuesta similar realizada cuatro años antes.
Realizada entre agosto y septiembre del presente año por el instituto rumano de sondeso de opinión CSOP, la encuesta mostraba que más del 49% coincidía en que la vida era mejor bajo el gobierno del fallecido líder comunista Nicolae Ceausescu, mientras que sólo el 23% pensaba que la vida hoy es mejor. El resto daba una repuesta neutral o ns/nc.
Las razones ofrecidas para la evaluación positiva del período comunista eran principalmente económicas; un 62% mencionó la disponibilidad de puestos de trabajo, el 26% las condiciones de vida dignas y el 19% la vivienda universalmente garantizada.
La encuesta fue patrocinada por la organización IICMER (Instituto para la Investigación de los Crímenes del Comunismo y de la Memoria del Exilio Rumano), financiada públicamente con el fin de contribuir a la labor de "educar" a la población sobre los males del comunismo. Entre las decepciones más amargas que los resultados de la encuesta proporcionaron a esta organización se cuentan respuestas a la pregunta sobre si los encuestados o sus familias habían sufrido bajo el sistema comunista.
Sólo el 7% de los encuestados dijo haber sufrido bajo el comunismo, con un 6% adicional que, no habiendo sufrido daño personal, afirmaba que sí lo había experimentado algún miembro de su familia. También aquí las razones ofrecidas eran sobre todo económicas: la mayoría se refería a la escasez que se produjo en la década de 1980, cuando Rumanía puso en marcha un programa de austeridad con el fin de reembolsar la deuda exterior del país. Una pequeña parte de la minoría que había sufrido durante el período comunista opinaba que habían salido perjudicados al ser nacionalizadas sus propiedades, y un puñado (el 6% de los que recordaban malas experiencias bajo el comunismo) decían que mientras los comunistas estaban en el poder, ellos, o algún miembro de su familia, habían sido detenidos en algún momento.
Retorciendo a discreción el resultado de la encuesta, el IICMER señaló que las numerosos encuestados (el 41% y el 42%, respectivamente) estaban de acuerdo con la afirmación de que el régimen comunista era o criminal o ilegítimo. Unas minorías importantes (37% y 31%) estaba en desacuerdo de forma explícita con esas afirmaciones, y el resto se mostraban neutrales o no se pronunciaban.
Además, aunque la mayoría de los participantes valoraran positivamente el comunismo –sólo el 27% declaraba estar en desacuerdo de principios con él—, la mayoría de los que dieron una opinión definida también pensaban que las ideas comnunistas no habían llegado a ser puestas por obtra de la mejor manera antes del cambio de régimen en 1989. El 14% daba la respuesta inequívoca de que el comunismo era una buena idea y de se había llevado a la práctica de la mejor manera en Rumanía.
Así pues, una buena parte de los rumanos indecisos sobre si el comunismo fue o no una forma legal y legítima de gobierno y una gran mayoría de los que decían que el comunismo se llevó a la práctica de forma incorrecta eran, sin embargo, inequívocos cuando opinaban que el sistema puesto por obra por el Partido Comunista Rumano, con todos sus defectos, ofrecía una vida mejor para la gente que la que ofrece el capitalismo de nuestros días.
Logros comunistas
Antes de que los comunistas tomasen el poder en Rumania, la mayor parte de la población era analfabeta y no tenía acceso a la atención sanitaria. Únicamente una minoría de la población rural, que era la predominante, tenía acceso a la sanidad o disponía de corriente eléctrica. Las tasas de mortalidad infantil se encontraban entre las peores de Europa y el pronóstico de vida era inferior a los 40 años debido a la inanición y a otras enfermedades. El régimen de derecha rumano se alió con Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, y en el marco de esa alianza capitalista se envió a la mayoría de la población judía del país a los campos de exterminio nazis.  
Aupados al poder tras la victoria soviética contra la Alemania nazi en 1945, los comunistas rumanos, hasta ese momento un grupo ilegal de lucha clandestina contra el gobierno rumano pro-fascista y los nazis, ascendían a unos pocos miles. A pesar de ello lograron movilizar el entusiasmo de la gente para reconstruir su país devastado por la guerra. Acabaron prácticamente con el analfabetismo, los servicios sanitarios mejoraron y se ampliaron de forma masiva, y -como los encuestados por el CSOP revelan— los puestos de trabajo, la vivienda y los niveles decentes de vida se hicieron accesibles para todos. 
Animado por esos éxitos, el gobierno comunista dirigido por Nicolae Ceausescu se endeudó durante la década de los 70 con la compra de equipos industriales costosos a Occidente, a fin de aumentar la tasa de crecimiento económico del país, en la esperanza de que los países occidentales incrementarían sus importaciones de productos rumanos. Esa estrategia fracasó, y el programa de austeridad implantado entonces para poder pagar la deuda nacional dio lugar a un resentimiento creciente.
Nicolae Ceausescu y su esposa Elena fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento el día de Navidad de 1989. Su sentencia de muerte se dictó después de un juicio sumario ordenado por los nuevos dirigentes reformistas del país: fueron declarados culpables de crímenes contra el pueblo rumano.
Pero a pesar de esa condena, y aunque la opinión general que se refleja en los resultados de la encuesta CSOP es que el sistema comunista, tal como se aplicó en Rumania, fracasó, sólo una pequeña minoría de los consultados en la encuesta (15%) dice que el ex jefe comunista Nicolae Ceausescu fuera un mal líder. La mayoría se mostraron neutrales o indecisos al respecto, y el 25% afirma que el liderazgo de Ceausescu había sido bueno para el país.
En su valoración de los resultados de la encuesta, el IICMER observa que los rumanos están muy lejos de ser únicos en su valoración positiva del comunismo del pasado siglo. Según una encuesta realizada en varios países del Centro y el Este de Europa en 2009 por el Centro de Investigación estadounidense Pew, el porcentaje de población en países exsocialistas que considera la vida bajo el capitalismo peor de lo que fue durante el período comunista, es la siguiente:  
Polonia: 35%
República Checa: 39%
Eslovaquia: 42%
Lituania: 42%
Rusia: 45%
Bulgaria: el 62%
Ucrania: 62%
Hungría: 72%
Particularmente significativo en los resultados de la encuesta CSOP/IICMER de 2010 en Rumania es que, a medida que adquieren más experiencia en la vida bajo la "economía de mercado", la gente se vuelve cada vez más negativa respecto del capitalismo y más positiva respecto del comunismo. En la encuesta anterior, realizada en 2006, el 53% expresaba una opinión favorable hacia el comunismo; en la de 2010 el procentaje favorable subía hasta el 61%.
Las conclusiones de la encuesta del CSOP no son resultan sorprendentes, si se recuerda lo sucedido desde que se reintrodijo el capitalismo: una pobreza creciente, un aumento de la tasa de desempleo y de la inseguridad. El sistema de salud rumano está actualmente en crisis, y los trabajodres del sector público han visto su sueldo recortado en un 25%. [1]
NOTA: [1] Información técnica sobre esta encuesta de opinión: 1.133 personas mayores de 15 años fueron entrevistados entre el 27 de agosto y 2 de septiembre de 2010. Las entrevistas se realizaron sobre la base de un cuestionario estandarizado, cara a cara en el hogar. Margen de error: 2,9%.
James Cross es un colaborador habitual de la rtevista electrónica redantliberationarmy.worpress.
Traducción para www.sinpermiso.info: Marta Domènech y David López